Cuando sentimos el deseo de aprender a tocar un instrumento musical, el impulso inicial es de mucha alegría y entusiasmo. Empezamos tomando las primeras lecciones básicas, ya sea de lenguaje musical o de instrumento y eso nos incentiva cada vez más.
Sin embargo, muchas veces en alguna parte de nuestro proceso de aprendizaje nos encontramos ante uno de los desafíos más comunes: la comparación con el otro. Cuando ves que tu compañero “está más avanzado que tú”, cuando ves a músicos profesionales de las bandas que te gustan, o cuando tienes a un familiar que lleva años tocando, lo primero que piensas es que quieres ser como esa persona.
Entonces, automáticamente lo primero que viene es querer quemar etapas acelerando tu proceso de aprendizaje. Lo cuál te llevará a que a lo mejor no disfrutes de tu recorrido de formación, o en última instancia que lo abandones.
Las preguntas claves aquí son las siguientes: ¿Por qué y para qué hago lo que hago? ¿Es por deseo propio o es para satisfacer a un otro? ¿Qué gano comparándome con otras personas? ¿Hay alguna demanda externa que me exige cumplir con cierto estereotipo de músico?
Estas preguntas abren una invitación a que indagues en ti mismo y encuentres las respuestas adecuadas. Y no solo aplica a las personas que estén en un proceso de formación musical, sino que son preguntas para aplicar en tu vida cotidiana.
¡Ojalá te haya sumado este artículo y nos vemos la próxima semana!
Franco Cruz
Clases online de Guitarra
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Investigación y Aplicación de Enseñanzas Herméticas
"Entonces, automáticamente lo primero que viene es querer quemar etapas acelerando tu proceso de aprendizaje."