¡Acompáñame!...
¿Alguna vez te preguntaste por qué cuando miras un film, logras conectar tan profundamente con las emociones de uno o más personajes? ¿Será por el nivel profesional de los actores, por los efectos especiales que complementa la escena, o por la genialidad del director?... ¡La respuesta es SÍ, seguro! Pero de lo que muchas veces no se habla, y que hoy quiero compartir con vos mi estimado lector, es del potente y mágico poder que tiene la MÚSICA para influir en los estados emocionales de los espectadores.
Allá por el año 1895, en París comienza una evolución cinematográfica que va desde el cine mudo hasta el cine digital del siglo XXI (proceso que aún sigue en pleno desarrollo). Si hoy en día miramos un film sin sonido y en blanco y negro, quizás nos parezca que “algo le falta”. Ese algo, tiene que ver con el lazo emocional que actualmente (gracias a la evolución del cine) los espectadores logramos generar con los personaje de la historia, lazo que es producido gracias a la música que sirve como canal. Recordemos que los estados emocionales son frecuencias que vibran de cuál o tal manera según la banda energética a la que estén conectados. Y muchas veces, la música cinematográfica lo que hace es generar estados emocionales artificiales, a modo de conectarnos con el contenido del film.
De allí que las grandes bandas sonoras, compositores y directores orquestales, tienen el trabajo de saber exactamente qué tipos de emociones quieren transmitir mediante la música. Porque de eso depende que el espectador reciba el impacto emocional acorde a la escena. Por ejemplo, si tenemos que musicalizar una película de terror, las herramientas más adecuadas para esto tendrán que ver con sonidos disonantes (atonalismo), ruidos y timbres estridentes, ritmos rápidos y discontinuos, técnicas instrumentales no convencionales, etc. No generaría un efecto de miedo, si por ejemplo usamos una música orquestal tipo Mozart. Por otra parte, si lo que buscamos es musicalizar una escena épica o de fantasía, allí podemos recurrir a otros recursos musicales como los modos griegos o puntos cardinales (armonía de fantasía), orquestación convencional, etc.
A continuación te comparto el sound track de una de las películas de Harry Potter (Harry Potter y la piedra filosofal) donde escucharas un ambiente lleno de magia y misterio, muy bien logrado gracias a los recursos musicales y orquestales que el compositor John Wiliams.
¡Ojalá te haya sumado y nos vemos la próxima semana!
Franco Cruz
Docente de Educación MusicalGrandes bandas sonoras, compositores y directores orquestales, tienen el trabajo de saber exactamente qué tipos de emociones quieren transmitir mediante la música.